El acueducto de Segovia


El pasado fin de semana estuve en Segovia. Hace algún tiempo que vivo relativamente cerca y tengo la ocasión de ver el acueducto a menudo, pero no por ello deja de sorprenderme que esos arcos construidos en el siglo I d.C sigan en pie. La verdad es que impresiona, sobre todo cuando lo ves por primera vez.

Como muchos sabéis, este ingenio de arcos y bóvedas se hacía para canalizar el agua del río a las ciudades, de ahí su nombre, que procede de aqua (agua) y ducto - ducere (guiar).  El agua fluía gracias a la fuerza de la gravedad, por lo que la construcción debía tener una ligera pendiente y salvar los desniveles del terreno. Para garantizar la calidad del agua, la parte superior del canal se cubría con losas de piedra o lajas. Evidentemente, no había sistemas de potabilización, pero había maneras de garantizar en la medida de lo posible la calidad del agua que se iba a canalizar antes de proceder a la construcción: averiguar si podían cocerse verduras en ella con rapidez, llenar un vaso de bronce y comprobar que no dejaba manchas en él o hervir el agua y comprobar que no tuviera sedimentos eran tres de los métodos empleados.

El agua canalizada normalmente iba a parar a los baños, fuentes, letrinas públicas y a las casas de los ricos, que solían ser villas de una sola planta. El resto de la población tenía que abastecerse de las fuentes, los estanques o contratar a un aguador.

La parte más espectacular del acueducto son sus arcos, que servían para salvar el desnivel del terreno, pero su construcción parte del río Frío o la Fuenfría, a 18 kilómetros de la ciudad, donde hay una cisterna llamada El Caserón. Después el agua discurre por un canal hasta una construcción, la Casa de Aguas donde el agua se filtraba despojándola de la arena. A continuación el cauce se eleva sobre un muro, parte de él hoy en día perdido hasta llegar a un segundo depósito protegido por una construcción de planta rectangular con bóveda de cañón, cuyo estanque interior mide 4.30 x 2.20 metros. Finalmente llegamos a la parte más famosa y espectacular, los arcos de la plaza del Azoguejo, de 638 metros.

Casa de Aguas.
 Fuente: www.unaventanadesdemadrid.com/



 
Arcada del acueducto de Segovia.
 Fuente: http://www.aedesars.com/



No puede faltar en una construcción como esta la leyenda nacida de la superstición popular. No sé muy bien si este tipo de historias se generan por rechazo a la cultura responsable de tal construcción o por no entender como fue posible realizar tal obra de ingeniería.

La leyenda en cuestión dice que una joven (mujer tenía que ser), cansada de tener que ir y volver varias veces a diario a por agua lejos de la ciudad (además, cometía el pecado capital de la pereza, ¡para colmo!!), afirmó que daría su alma al Diablo con tal de no tener que recorrer todo ese camino, de modo que el Diablo, ni corto ni perezoso aceptó el reto y apostó con ella que si en una sola noche levantaba una construcción que facilitase el trabajo a la pecadora en cuestión, ésta le entregaría su alma.

Como el alma cristiana debía ser muy valiosa, el diablo hizo acopio de recursos y puso a sus diablillos a trabajar a destajo durante toda la noche, pero sus esfuerzos fueron vanos, puesto que el primer rayo de luz iluminó su obra antes de haberla culminado. La muchacha, quien sabe si por la Divina Providencia o porque presumiblemente se pasaría la noche entera rezando, salvó su alma y además dotó a la ciudad de agua corriente.

Podéis leer la leyenda  con más detalle aquí.



Bitácora blog

Hace mucho que no escribo, y es que me he quedado momentáneamente en blanco. En lugar de aburrir con entradas que no tengan ningún interés, me estoy dedicando a aprender sobre el mundo de los blogs y extrayendo mis propias conclusiones, así que os las voy a contar por si alguien decide abrir un blog y ponerse a escribir.

Me he encontrado con sabios de todo tipo, y es que en la era Internet todo el mundo es experto en algo, gurú para ser más exactos y acertar con el término adecuado. Otro de los términos que me encantan es el de coach, que no sé exactamente a que se refiere pero tiene pinta de que si sigues a alguien con ese apelativo y haces lo que te diga vas a ser bastante más feliz y por descontado a forrarte de pasta.

La sensación general que tengo es que personas que, como yo, tratamos humildemente no ya de enseñar, sino de transmitir lo que sabemos o lo que indagamos estamos un poco acabadas: ahora se lleva escribir los posts de los blogs en cinco minutos, con faltas de ortografía y con mala redacción pero, eso sí, usando párrafos lo más cortos posibles, palabras clave o keywords para aparecer en Google y ante todo y sobre todo, nunca, jamás, muestres tu debilidad o tu desconocimiento sobre ningún tema.

Muchas personas tratan de vender humo y lo hacen aparentemente gratis. He seguido durante meses algunos blogs sobre marketing plagados de frases que te hacían pensar que quienes tecleaban realmente muy orgullos@s de haberse conocido y según afirmaciones tajantes, vivían de sus blogs y bastante bien. Te aconsejan que escribas al menos dos o tres posts a la semana y que publiques algún que otro ebook sobre algún tema típico de coachers o de gurús como ellos. En resumidas cuentas, están en una esfera superior y han alcanzado el karma, parece.

La realidad luego pinta distinta, y es que al seguir ese tipo de blogs durante algunos meses, al poco se van desinflando las expectativas, y es que dejan de publicar dos o tres veces a la semana porque no hace falta ser un experto para saber que si tu audiencia sabe de ti demasiado, un porcentaje bastante elevado de lo que escribas irá a la papelera y poco a poco te irás ganando que se haga una regla de correo para que lo tuyo se recicle sin abrir. Sobre sus ebooks, es bastante sencillo escribir un documento word, darle un formato atractivo y pasarlo a pdf, hasta yo lo sé hacer y eso que todavía soy de las que usa el diccionario de la RAE para redactar.

Mi intención no es forrarme de pasta con mi blog ni hacerme famosa; mi intención es hacer llegar el arte y la cultura a quien lo ve distante. Hay quien dice que a la gente esto del arte le da igual, pero no estoy de acuerdo. Todo el mundo hace excursiones a El Escorial o va a ver el Museo del Prado, hay miles de amas de casa de van a clases de pintura, así que todo es cuestión de despertar interés.

Detrás de este blog no hay una coach ni una gurú, sino una persona, una mujer de mediana edad madre de dos niños que aún mira el diccionario y que admite que hay quienes redactan bastante mejor. Acerca de posicionamiento web, palabras clave, metadatos e historias voy aprendiendo sobre la marcha.

Y sobre todo, me alegra mucho saber que me leéis.


El arte como enemigo.



Tratar de acercarse a un tema tan espinoso como el fanatismo destructor de obras de arte no es fácil. Y no lo es porque ser testigo de como se volatilizan los restos de otras culturas que  forman parte de la Humanidad no es agradable para nadie, sea experto o no en el tema. Durante algún tiempo he estado buscando información objetiva sobre la destrucción del Patrimonio y sobre todo he encontrado menciones, pero pocos análisis que profundicen en los motivos que llevan a odiar ciertas manifestaciones artísticas y, por lo tanto, desear y ser partícipes de su destrucción.

Parte de la información que voy a resumir a continuación la he obtenido de un documento que encontré en el Dipòsit Digital de la Universitat de Barcelona, de Beatriz Yoldi y Dimitra Gozgou. A quien le interese leerlo íntegramente, puede encontrarlo aquí

Destruyendo el objeto o destruyendo lo que encarna.

La imagen, la obra de arte, siempre representa una idea, es portadora de significado, de modo que siempre provoca respuestas en nosotros, receptores de ese significado en un momento y en un lugar determinados. Para un cristiano, una cruz significa la Pasión de Cristo, su sacrificio y constituye un objeto sagrado. Para un romano, una cruz era un instrumento que se usaba para castigar a los ladrones y a los asesinos, un instrumento de tortura, algo así como lo que para nosotros hoy significa la silla eléctrica. Jamás a un romano se le ocurriría colgarse al cuello y mucho menos adorar una cruz al igual que no se nos ocurriría a nosotros poner en un altar una silla eléctrica. El ser humano siente hacia la obra de arte, es difícil que le deje indiferente. Y es por eso por lo que destruye, porque a veces lo que siente, lo que encarna para él esa representación le resulta hostil y simplemente desea que desaparezca. 

No quiero justificar los hechos, solo tratar de entender el proceso porque creo que es una de las maneras de prevenirlo. Generalmente la prevención se aplica tras la experiencia. Los sistemas de seguridad en museos, bibliotecas y otros lugares custodios de patrimonio histórico - artístico basan sus acciones en experiencias anteriores. Quizá haya que realizar una pequeña - o gran - reflexión sobre las personas, que al final son quienes crean y acaban con la cultura además de encerrar en urnas las obras de arte.

Como se destruye.

Según el texto de Yoldi y Gozgou, hay varias motivaciones para acabar con una obra en concreto: 

- Psicología del agresor. En este punto se afirma que los trastornos psicológicos en los atacantes son casi una constante en cualquier tipo de agresión. Básicamente el objeto representado trasciende su significado y encarna para el agresor una emoción que le resulta insoportable, así que procede a su eliminación. Yo no consideraría esta una motivación aislada, sino presente en todos los casos, porque el hecho de que una obra de arte resulte hostil (por ejemplo, la destrucción de las estatuas asirias del Museo de Mosul por el Estado Islámico) no siempre viene a decir que quien la destruye es un trastornado, pero sí tiene que ver con una percepción subjetiva, personal, hacia el objeto artístico.

- Sensualidad de las imágenes: Para un  historiador, la Maja vestida de Goya tiene mayor valor para la Historia del Arte que La Maja desnuda porque, en resumen, la pincelada y el aspecto del cuadro es mucho más vanguardista en la primera que en la segunda, de carácter mucho más clásico. Sin embargo, la más famosa es la segunda precisamente porque está desnuda. El significado varía, y si dejamos de ver formas, colores y pinceladas, aparece un cuerpo femenino que se identifica como algo vivo que se puede mirar con deleite o bien con deseo de posesión. Si no se puede poseer, surge la rabia y como consecuencia puede aparecer un comportamiento socialmente inaceptable, así que la solución pasa por la agresión o la destrucción del objeto.

Las Majas de Goya. 


 - Motivaciones políticas y religiosas: La obra de arte actúa como reflejo de un momento histórico, con sus valores religiosos, familiares y éticos, o como espejo de situaciones sociopolíticas. Ese modo de entender la vida que representa un objeto artístico no puede variarse ni acoplarse a nuestro modo de entender la vida. El agresor, en este caso, la elimina porque así  acaba con el prototipo que representa. Un ejemplo claro es la destrucción del patrimonio por parte de los yihadistas de aquello anterior al Islam.
Destrucción del Museo de Bagdad.


- El valor otorgado a la obra de arte. Los objetos van cambiando su valor a lo largo del tiempo, ya sea éste de carácter económico, histórico o icónico. Quien ataca a las obras de arte en muchas ocasiones quiere llamar la atención y tener cierto impacto mediático; en este caso no se entiende el ataque si se descontextualiza el objeto del lugar donde se expone o de su valor económico. Hay múltiples ejemplos de agresión u hostilidad al arte contemporáneo precisamente por el valor económico de las obras. Con respecto a éste, los autores afirman que a diferencia de las personas que atacan al arte clásico o tradicional, que suelen tener un perfil generalizado de trastorno mental, éstos son más bien personas críticas que no comprenden los nuevos valores estéticos y antes de que su crítica sea constructiva, pasan a la acción destruyendo o atacando directamente la obra de arte.

Anotación del personal de seguridad de ARTIUM. Fuente: Blog No tocar, por favor. 

En este sentido os recomiendo echar un vistazo al blog No tocar, por favor que reflexiona sobre el comportamiento de los visitantes en el Museo Vasco de Arte Contemporáneo, Artium a partir de las anotaciones del personal de seguridad.

Una vista atrás. Algunos ejemplos. 

Damnatio memoriae o la condena al olvido. 

Si bien el término se acuña durante la época romana, es una práctica que se ha llevado a cabo desde el Antiguo Egipto: el sobrino y sucesor de la reina faraón Hatshepsut (ca. 1490 - 1468 a.C.) hizo borrar sus testimonios y muchas de sus representaciones escultóricas, debido a que éste pensaba que su tía le había usurpado el trono.

Busto de la reina Hatshepsut 

En la Antigua Roma cuando un personaje relevante del Senado moría se emitía un juicio póstumo que decidía si se le divinizaba o bien, en el peor de los casos, si se le sometía a una damnatio memoriae o destrucción del recuerdo, considerando así al fallecido como un enemigo del estado y procediendo a destruir todos sus archivos e imágenes, su recuerdo al fin y al cabo.
Un caso de damnatio memoriae bastante escabroso fue el llevado a cabo por parte del papa Esteban VI, en el año 897 a su antecesor, el papa Formoso, quien fue sometido a juicio y declarado culpable de varios delitos, por lo que se le amputaron los tres dedos de la mano con la que impartía la bendición, considerando que jamás había formado parte del Pontificado y tirando su cadáver al Tíber, donde fue rescatado de las aguas por un monje. Todo esto podría parecer hasta cotidiano si no fuera porque al juicio asistió el cadáver de Formoso, a quien vistieron para la ocasión con ropas clericales.
Actualmente todavía existen ejemplos de Damnatio Memoriae. Sin ir más lejos, cualquiera de nuestros políticos ningunea al anterior en caso de que haya sido de signo contrario. La Casa Real española en febrero de 2013 añadió una entrada al archivo robots.txt que incluía el término "Iñaki Urdangarin", eliminando las búsquedas que Google realiza en la página web de Casa Real.

Si quieres saber más sobre el tema, encontrarás información en el blog Damnatio Memoriae.


El período iconoclasta bizantino. 

En el siglo VIII el poder civil comenzó a rivalizar con el poder religioso, ya que algunas iglesias habían alcanzado una inmensa popularidad gracias a sus iconos, considerados mágicos o milagrosos, con el consecuente enriquecimiento de la iglesia que los poseía. Algunos veían estos iconos como una forma de divulgación del cristianismo, pero otros lo veían como una forma de idolatría pagana, ya que se les otorgaba un valor per se, y no se les consideraba una representación de la divinidad. Históricamente se da por comenzada esta etapa  cuando el emperador León III destruye la imagen de Jesucristo que se encontraba en la puerta de su palacio. Tras estallar la crisis iconoclasta se quemaron gran cantidad de iconos y se destruyeron gran cantidad de frescos y mosaicos, por lo que es muy complicado encontrar mosaicos bizantinos anteriores a esta época, salvo los que se conservaban en el Monte Athos, demasiado aislado para ser víctima del fanatismo iconoclasta. Incluso se sometía a castigos a los artistas que osaran a pintar un icono, quemando sus manos con hierros calentados al rojo vivo. No será hasta el año 843 cuando se permitan las representaciones figurativas de nuevo.

Monte Athos


El ataque de Mary Richardson a la Venus del Espejo. 

En marzo de 1914 la Venus del Espejo de Velázquez recibió cinco cuchilladas por parte de Mary Richardson, una joven sufragista que buscaba, según su declaración ante el juez, destruir a la mujer más bella de la Mitología al igual que el Gobierno estaba destruyendo a Sylvia Pankhurst, el personaje más hermoso de la Historia moderna.
Con esta acción se consiguen tres objetivos: causar atención mediática, atacar lo que encarna la obra de arte (utilización de la mujer como objeto) y agredir a la institución de la que forma parte y todo lo que ella encarna (la National Gallery de Londres).

Cuchilladas de Mary Richardson a la Venus del Espejo de Velázquez. 

A pesar de lo llamativo de los daños, la Venus del Espejo pudo ser restaurada casi íntegramente.


La diosa Cibeles se quedó sin mano.

En varias ocasiones la diosa Cibeles ha sido víctima de ataques por parte de hinchas de fútbol. Este es un claro ejemplo de mutilación para poseer parte de un objeto al que se le ha otorgado un valor determinado.Seguramente quienes robaron la mano de la estatua no saben que se trata de la diosa de la fertilidad, de la Tierra y la agricultura, ni que los leones son Atalanta e Hipomenes después de recibir un duro castigo por parte de la diosa tras practicar sus artes amatorias en el interior de su templo. Básicamente la Cibeles es patrona de su equipo, así que se le otorga un valor distinto al que tiene como obra de arte, y tras la victoria del Madrid, que mejor trofeo que una reliquia.

Detalle de la estatua de Cibeles sin mano en 2002. Fuente: ABC.

Hay muchos ejemplos más, como las sucesivas aniquilaciones de la Biblioteca de Alejandría, las hazañas de la Santa Inquisición Española, las revueltas instigadas por Savonarola en Florencia, las aniquilaciones de arte religioso durante la Guerra Civil Española, las destrucciones de estatuas de líderes políticos, como la de Lenin tras el fin del comunismo o los ataques a sus tumbas, uno de los más recientes, a la tumba de Sadam Husein, ya que este tema podría constituir por sí mismo otro blog. La intolerancia, ignorancia o cambios sociales y políticos, fanatismo o rechazo por provocarnos un sentimiento desagradable, lamentablemente forman parte de nuestra condición humana.


Creando a nuestros héroes: la Virgen con el Niño.

Si existe una imagen que  haya subsistido generación tras generación en la sociedad occidental, esa imagen es la de la Virgen María. Hay múltiples formas de representarla, pero me voy a centrar solamente en una, la conocida como Virgen con el Niño, Madonna o en sus orígenes bizantinos, Theotokos que significa "Madre de Dios". 

Si nos centramos en la esencia de ese modelo iconográfico, es sencillo que haya calado tanto entre nosotros, ya que se trata de una mujer con su hijo en brazos, imagen universal, sencilla, efectiva e impactante donde las haya. Si además, se le otorga un carácter sagrado, tenemos los ingredientes suficientes como para que llegue a formar parte del imaginario cristiano perennemente. 

La primera representación de la Virgen con el Niño se dice la pintó el mismo San Lucas, de quien se cree que era artista por la minuciosidad con la que describe en su Evangelio escenas como la Anunciación. Hay una extensa tradición, sobre todo en el Arte Bizantino (cristiano oriental), al respecto, y os reproduzco uno de los muchos iconos, en este caso del siglo XV, de Lucas pintando a la Virgen:




«Unknown painter - Luke Paints the Icon of the Mother of God Hodegetria - WGA23494» de Unknown Icon Painter, Russian (early 15th century) - Web Gallery of Art:   Image  Info about artwork. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Unknown_painter_-_Luke_Paints_the_Icon_of_the_Mother_of_God_Hodegetria_-_WGA23494.jpg#mediaviewer/File:Unknown_painter_-_Luke_Paints_the_Icon_of_the_Mother_of_God_Hodegetria_-_WGA23494.jpg

Seguramente os preguntaréis si ese icono original que pintó San Lucas sigue existiendo y donde está. Como supongo que también imagináis, hay tantos iconos pintados por San Lucas como Lignum Crucis (madera de la Cruz), que está presente en tantas iglesias que sería difícil saber a cuantos Cristos crucificaron con tal cantidad de material. Aquí os pongo tres de los ejemplos más conocidos:




Madonna de Częstochowa, conservada en la basílica de Jasna Góra, en Polonia. Se trata de una tabla de 122,2 x 82,2 cm que representa a la Virgen con el Niño en brazos. La tradición dice que fue pintada aproximadamente en el año 66 d. C. y que la madera, de ciprés, fue extraída de una mesa de la casa de la Sagrada Familia.

La imagen ha sido muy restaurada, aunque habría que decir repintada, porque eso es lo que se hizo en la Edad Media. Según el cronista medieval Risinus, se aplicaron unas pinturas que dañaron tanto la imagen que ésta prácticamente desapareció y se repintó encima.


Nuestra Señora de Filermo. Actualmente se encuentra en el Santuario de Filermo, en la isla de Rodas, adonde fue llevada por los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalen hacia el año 1000. 
Tal vez se trate de un retrato de la Virgen, pero más bien da la sensación de que es una Virgen con el Niño y que la tabla ha sido mutilada. 
Madonna di San Lucca. En este caso la leyenda dice que un peregrino recibió la pintura en Constantinopla, de manos de los sacerdotes de la basílica de Santa Sofía, para que la llevase al "Monte de la Guardia", en Italia. Tras mucho buscar, averiguó que este lugar estaba al suroeste de Bolonia, allí fue llevado el icono en procesión y se elevó la  Basílica de Nuestra Señora de San Lucca, donde hoy se conserva. 







Si os fijáis en estas tres representaciones, las tres tienen en común que son iconos bizantinos en los que la figura de la Virgen aparece sin representación alguna de sentimientos ni comunicación con el niño. Esto se debe, simplificándolo mucho, a que la divinidad en la etapa bizantina aparece muy desvinculada a su carácter humano. Hay que tener en cuenta que en la religión anterior, la grecorromana, los dioses tenían las mismas debilidades que los humanos y en el cristianismo de Oriente esta tradición se rompe. Los ojos miran al vacío, porque ven mas allá de lo terrenal,  y el oro se utiliza profusamente porque es símbolo de la luz divina. No obstante, y dentro del arte bizantino, poco a poco se irán representando tímidamente los sentimientos y la comunicación entre la Madre y el Niño se va haciendo patente, como ocurre con este icono del Monte Athos:




En el arte occidental paleocristiano encontramos la primera representación de la Virgen María en las catacumbas de Priscila, en Roma. Aunque está muy deteriorada, podemos ver claramente a la Virgen María vestida con un velo sosteniendo en brazos al niño. Esta pintura se data entre los años 230 - 240 d.C: 



Fresco de la Virgen María con Balaam
Hacia 230 - 240 d.C.
Catacumba de Priscila, Roma

En el románico observamos la misma tendencia a no representar los sentimientos, con figuras hieráticas, excesivamente majestuosas y distantes que miran al vacío y no se comunican entre ellas, como la que aparece en el frontal de altar de la iglesia de Santa María de Avià, de Berguedà, Barcelona  y que hoy se conserva en el Museu Nacional d'Art de Catalunya: 


Frontal de altar de Avià
Hacia 1200
MNAC


Poco a poco y conforme va avanzando la Historia del Arte esta tendencia va a ir cambiando, y así vamos viendo como cuando llega el gótico se atisban sentimientos en las figuras de la divinidad, que de ese modo resultarán más cercanas al espectador, encontrando ejemplos como la famosa  Virgen Blanca de la catedral de Toledo, donde no solo aparece la Virgen riendo (cuenta la leyenda que sonríe tras la llegada de Santiago Galán de la guerra, cuya esposa, Beatriz de las Roelas, había pasado años yendo a rezar a la Virgen cada día para que su marido regresara) sino que se comunica con su Hijo y éste con ella. Las figuras de los Santos, la Virgen y Jesucristo vuelven a parecer humanas:


La Virgen Blanca
Anónimo s. XIV
Catedral de Toledo.


Pero será con la llegada del Renacimiento cuando por fin se concilien divinidad y humanidad a la hora de representar a los santos cristianos. El arte mira de nuevo hacia la Antigüedad Clásica y el hombre se convierte en el centro del universo, por lo que la representación de los sentimientos será una de las búsquedas fundamentales de los artistas a partir del siglo XIV. Hay múltiples escenas de la Virgen, pero voy a reproducir en detalle una que, aunque no responde exactamente al tipo iconográfico que estamos viendo creo que es muy representativa, pintada hacia 1510 por el gran Leonardo da Vinci: 


La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana
Leonardo da Vinci, 1510
Museo del Louvre.
Con el Barroco seguirá evolucionando esta forma de representar, cada vez más humana, y concretamente en España tras la Contrarreforma, la profusión de imágenes que estilística e iconográficamente están más cerca del pueblo será patente (fijaos si no en los pasos de Semana Santa), como ocurre con esta Virgen de la Servilleta de Murillo que parece el retrato de una mujer corriente con su hijo. Ambos aparecen mirándonos fijamente, de modo que la obra de arte sale del lienzo para adentrarse en nuestro territorio, ¿hay mejor manera de buscar la complicidad del espectador?. 


Virgen de la Servilleta
Bartolomé Esteban Murillo, 1665-1666
Museo de Bellas Artes de Sevilla.

A estas alturas de la Historia del Arte, quien mirase esta última imagen, la de una mujer absolutamente normal y un bebé regordete sabía de sobra que se trataba de la Virgen María. Si nos desvinculásemos de nuestra tradición cristiana, nada nos diría que los dos personajes que estamos viendo, ni los anteriores de Leonardo da Vinci son el Hijo de Dios y su Madre. 

¿Quién pintaría por primera vez a esta mujer con su hijo, vestida de matrona romana?. Lo hiciera quien lo hiciera, su modelo ha pervivido durante siglos. Hoy en día se sigue usando, tanto en el ámbito religioso como en el no religioso. Mirad esta imagen de una conocida marca de alimentación que, salvando las distancias, recuerda a este modelo: 



Madres con hijos hay miles, pero la forma de representarlas deja patente que el modelo de la Virgen con el Niño está bien arraigado en nuestra cultura: 





Iconos atemporales: La Gioconda.

Cuando en Google tecleas las palabras "iconos atemporales", te das cuenta de que no todo lo que circula por la red tiene que ver con la realidad. Tampoco es que quiera demostrar que es completamente cierto lo que digo yo, pero iconos atemporales no son aquellos que han logrado aparecen en un buscador gracias a los concienzudos estudios de posicionamiento de las distintas marcas comerciales.

Hay otro tipo de iconos que han pasado al imaginario colectivo, se han hecho tremendamente populares y se han reinterpretado hasta la saciedad. Uno de ellos es La Gioconda de Leonardo da Vinci.



Pintado entre 1503 y 1519, actualmente es propiedad de Francia y se conserva en el Museo del Louvre tras haber sido comprada por Francisco I de Francia.

Mucho se ha escrito acerca de quien es esta misteriosa mujer, aunque la tesis más aceptada es que se trata de Lisa Gherardini, la esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo. Así lo afirma el biógrafo más importante del Renacimiento, Giorgio Vasari, en 1550. Otra de las teorías más famosas es la que afirma que es el propio Leonardo da Vinci caracterizado como una mujer; para ello se superpusieron La Gioconda y un famoso autorretrado de Leonardo tal y como reproduzco a continuación:



Aunque esta hipótesis puede parecer espectacularmente acertada, hay que tener en cuenta que se trata de dos retratos que hizo el mismo pintor, así que es normal que haya muchos aspectos estilísticos y formales muy similares en ambas obras, aunque hay firmes defensores de esta teoría, como Lillian Swartz y Gerald Holzman, los primeros en superponer ambos retratos tras la hipótesis de la masculinidad de Mona Lisa de Freud.

Para demostrar que es Lisa Gherardini hay quien se ha ofrecido incluso a buscar el cadáver de la misma, porque se cree que tras enviudar ingresó en el convento de Santa Úrsula de Florencia y que hoy día tiene descendientes. También hay un investigador japonés, Matsumi Suzuki, que se ha dedicado a reconstruir el cráneo de la modelo y a partir de él reproducir su voz con una fiabilidad del 90% según sus propias conclusiones. Si te pica la curiosidad, aquí tienes el enlace para escucharla hablar, aunque a mí me ha resultado algo tétrico.

A continuación tenéis una muestra de las múltiples interpretaciones de la Gioconda:












Existe una iniciativa, el Gioconda Project, que trata de llevar al mayor número posible de lugares de mundo las múltiples reinterpretaciones de esta pintura por artistas contemporáneos. La última fue en España, en Azuqueca de Henares (Madrid):




Esto es solo una muestra de lo que puedes encontrar, que es prácticamente infinito y demuestra como un retrato puede llegar a fijarse en nuestro imaginario colectivo de tal manera que termina formando parte de nuestras vidas. ¿No te parece fantástico que más allá de la publicidad, en este mundo de constante bombardeo de imágenes, se conserven iconos como este de generación en generación?.






El arte amansa a las fieras: el Museo del Prado para niños.

Me desconcierta un poco cuando en los Museos más tradicionales la forma de animar a los niños/as a visitarlo es "lo pasaremos en grande" o "verás que divertido". Aquí hablo bajo la subjetividad que tiene una madre con niños de primaria, y es que creo que dentro de su concepto de pasarlo en grande no entra el de visitar un Museo en el que no se puede correr, jugar ni hablar demasiado alto y en el que, encima y para colmo, los cuadros no se mueven ni tienen colores vivos.

Para que la visita al @museodelprado con tus hijos no suponga un aburrimiento supino para ellos vas a tener que trabajar un poco, pero creo que es una buena alternativa al parque de bolas. Como padres, hoy en día nos preocupa sobremanera que nuestras criaturitas sean potenciales adultos con conocimientos de todo tipo y además, dependiendo siempre de la edad y los intereses del niño o niña, es posible que estés sembrando la semillita del amor por el arte, así que mejor hacerlo bien, ¿no crees?.

El material que he recogido y consultado es para niños/as de primaria, y la primaria abarca muchos años, de modo que lo mejor es adaptarlo a su necesidad y conocimientos.

Para empezar, y si nunca han visitado un Museo, habrá que contarles lo que es...



El siguiente paso que yo recomendaría es plantearnos cuanto tiempo van a aguantar nuestras fierecillas dentro del sacrosanto templo del arte y pensar qué nos va a dar tiempo a que vean antes de que en el mejor de los casos se tiren al suelo y en el peor mitiguen su aburrimiento pegando al hermano. Puedes escoger la opción B,  que supongo es la mayoritariamente elegida: aterrizar en el Museo, y esperar a que la alineación de los planetas sea la óptima para que se estén quietos, callados y lleguen al mismo disfrute personal que tú estás alcanzando tras entrar en contacto con todas esas obras maestras, pero eso no va a suceder y lo sabes. Además, te recuerdo que estás visitando el Museo con tus hijos, así que olvídate de tu comunicación espiritual con el arte.

En la web del Museo del Prado puedes descargarte en pdf este plano en el que indica donde están situadas las obras de las distintas escuelas presentes en la pinacoteca:

Fragmento del plano del Museo del Prado descargable en su web.

Lo mejor es pensar que como mucho van a aguantar una hora u hora y media, de modo que hay que hacer una selección de pinturas, de las que yo escogería las más conocidas para que fuesen familiarizándose y les vaya sonando. Aunque en la web del Museo del Prado tenemos una selección de 15 obras maestras, hay algunas que me llaman la atención especialmente para enseñárselas a los niños. Las siguientes infografías espero que os resulten de utilidad, si queréis descargarlas, podéis hacerlo desde mi Pinterest:






Evidentemente, hay muchas más obras importantes y muchos más artistas, y a partir de mi selección podéis hacer la vuestra. En la web del Prado hay una enciclopedia en la que se analizan autores y pinturas y si os animáis a ir, en el mostrador podéis pedir una audioguía infantil. Espero que os animéis a abrir la puerta del arte a vuestr@s hij@s. ¡Disfrutad!.




Ponga un claustro románico en su vida




Aspecto del claustro de la finca Mas del Vent, cerca de Palamós (Girona). / VINCENT LEROUX . Fuente: El País.


Leo en El País la última noticia sobre un claustro situado en la finca privada de Mas del Vent, el conocido como claustro de Palamós, en Girona, que hace algún tiempo vengo siguiendo, y es que finalmente la Generalitat ha declarado no es sino una copia de principios del siglo XX desestimando que deba considerarlo Bien de Interés Cultural (BIC) y, por lo tanto, ocuparse de su mantenimiento. Además, el dueño podrá hacer con él lo que quiera, desde venderlo entero o por piezas a derribarlo.

El descubrimiento de este conjunto tuvo lugar tras la aparición de una foto en la edición francesa de una revista de decoración, Architectural Digest, que en el verano de 2010 publicó un reportaje sobre una finca en Mas del Vent, en Palamós, propiedad de un matrimonio suizo - español. El fotógrafo Vincent Leroux obtuvo el permiso para realizar la foto que os reproduzco al principio y fue publicada a doble página en la  mencionada revista. Ese mismo año el profesor de la Universidad de Girona, Gerardo Boto, especialista en arte románico de la Universitat de Girona publica en la revista Románico un artículo, "De Silos al Mediterráneo. El último claustro románico inédito en España" en el que analiza el conjunto sin poder tener acceso a él, basándose en las fotos de la revista y en Google Maps, que utiliza para ubicar la finca, ya que los dueños en ese momento permanecen bajo anonimato y no dejan acceder a nadie a su propiedad. En el Círculo Románico se abre un amplio debate sobre este tema, y empiezan a surgir las dudas: ¿a quién, dónde y cómo pudo comprar alguien un claustro románico castellano y trasladarlo, piedra por piedra, a Girona? ¿Dónde están los documentos de compra? ¿Qué empresa lo trasladó y montó? ¿De dónde se desmontó?. El Ayuntamiento de Palamós, en ese momento, afirmaba no tener noticia y teniendo en cuenta que la finca había sido remodelada recientemente, era un poco extraño que, habiendo tenido que pedir supuestamente licencias de obra para hacerlo, el Ayuntamiento negase conocer la existencia del conjunto junto a la piscina.

El grupo EMAC, de la Universitat de Barcelona, organizó en 2012 unas jornadas bajo el título Arte fugitivo en las que denunciaban la existencia de conjuntos histórico - artísticos completamente desconocidos y sin catalogar en manos privadas. El profesor Boto mostró la revista a los asistentes, denunciando que desde hacía más de medio siglo un claustro románico formaba parte de la decoración de una finca, y al no estar catalogado ni protegido prácticamente no existía.

El profesor Gerardo Boto (izquierda) y Juan Antonio Olañeta, ante una fotografía del claustro de Palamós. ACN / TÀNIA TÀPIA  Fuente: elperiodico.com

Y por fin la noticia se difunde en un periódico de tirada nacional como es  El País, que el 5 de junio de 2012 publica el primer artículo sobre esta novelesca historia: Un claustro románico en la piscina. A partir de ahí, su existencia empieza a ser conocida en círculos no expertos, y por lo tanto, las preguntas se multiplican, de modo que el propietario de la mansión, Kurt Engelhorn abre la casa, permite que técnicos de la Generalitat y expertos en románico, entre ellos el profesor Boto, accedan a él. También facilitan el acceso a la prensa, que graba el siguiente vídeo:



Sale a la luz que el claustro fue adquirido en 1958 por su antepasado Hans Engelhorn, donde estaba embalado en cajas, y que en 1959 la empresa Mateu y Mateu lo traslada a la casa de Mas del Vent, pero siempre pensaron que era falso, una copia de principios del s. XX. Como habéis podido escuchar en el vídeo, la opinión de los expertos es que cuenta con elementos modernos pero también con algunos otros medievales.

Comienzan las hipótesis sobre su autenticidad o no, hay quien defiende que es una copia basándose en la iconografía, afirmando, por ejemplo, que los capiteles no tienen temas bíblicos, salvo uno de ellos, y que en un claustro original románico habría un programa iconográfico bíblico secuenciado y estudiado, así que quien lo copió evitó estos temas por ser su cliente una persona atea. Incluso el famoso ladrón de obras de arte durante el franquismo, Erik el Belga, es preguntado acerca de cual es su opinión al respecto... y no me parece descabellada, porque asegura, sencillamente, que en los años 50 en España era más caro copiar un claustro medieval que robar piezas auténticas para reconstruir uno a tu gusto. Incluso entre los defensores de su autenticidad se barajan lugares como la mismísima Catedral Vieja de Salamanca como lugar de origen. Y se descubre que antes que en las cajas de 1958 había estado en Madrid, en una casa situada en Ciudad Lineal, gracias a que Juan Manuel Ortiz, de 86 años, declara a El País que el anticuario Ignacio Martínez Martínez adquirió un claustro en 1931, de procedencia desconocida, que montó en la casa que una amiga suya tenía en Ciudad Lineal, a la espera de venderlo a algún americano rico.

El claustro en el patio de una casa en Ciudad Lineal (Madrid). Fuente: El País.
Por fin, en 2013, la Generalitat lo declara Bien de Interés Cultural (BIC) de forma provisional, hasta que un grupo de expertos determine si es medieval o si, por el contrario, es una copia moderna. La declaración de BIC implica que no se puede vender, desarmar, hacer obras o por supuesto, derribarlo. También la familia está obligada a mostrarlo al público periódicamente.

Esto parecía ser una buena noticia hasta que la semana pasada, volviendo al artículo que menciono al principio de este post, la Generalitat concluye diciendo que solo es una copia, de modo que suprime la declaración de BIC y, por lo tanto, su protección. Afirman que se levantó, piedra a piedra, por maestros canteros modernos durante el siglo XX, que la piedra está trabajada y cortada con técnicas modernas, que su desgaste no es el que cabe esperar en piedras de su antigüedad, no hay marcas de canteros, que todas son de las mismas dimensiones,  y por último, que las medidas del claustro están realizadas según el sistema métrico decimal que en España no se impone hasta 1849. Incluso se baraja el  nombre del arquitecto que elevó el conjunto: Ricardo García Guereta. El profesor Gerardo Boto sigue defendiendo su autenticidad, ya que discrepa de las supuestas medidas del sistema métrico decimal y con la ayuda de Marius Vendrell, profesor de Geología de la Universidad de Barcelona, quien analizó las piedras, dictamina que la antigüedad de las mismas es de varios siglos. Otro defensor de su autenticidad, Jaime Nuño, director del Centro de estudios del Románico, solicita el estudio de algo que en mi humilde opinión es demasiado patente para no haberse tenido en cuenta, y es que en algunas piedras hay restos de una numeración que se usaba y se sigue utilizando para volver a montar conjuntos arquitectónicos, pero no se trata de los números modernos pintados en rojo, sino de numeración arábiga, fechada en el siglo XVI:

Dovela con estos de numeración. Foto: Archivo FSMLReal / Jaime Nuño González. Fuente: romanicodigital.com 
Es algo desconcertante que la Generalitat de Catalunya, que dotó de la categoría de BIC con carácter temporal al claustro dé carpetazo a la cuestión afirmando tajantemente que se trata de una falsificación y poniendo fin al asunto. En el foro del Club del Románico se han hecho las últimas averiguaciones, que arrojan algo de luz al misterio de esta decisión, y es que Engelhorn es bisnieto del fundador de la química Bash. ¿Será la decisión más política que científica?.