Cuando guiaba visitas en la Biblioteca Nacional de España, había una pregunta que surgía a menudo:¿qué es un incunable?. Y no es extraño que haya una opinión generalizada de que un incunable es un libro muy antiguo, un libro antiguo en general. La verdad es que a mí, cuando era estudiante, me hicieron un lío innecesario al explicarme que era un incunable, y es que me contaron, o entendí que era "el primer libro, la cuna de un libro", pero no es exactamente así, porque visto de ese modo, un libro que se imprime por primera vez en 1990 podría haber sido un incunable.
Un incunable es un libro impreso cuya cronología, en general, abarca desde el año de invención de la imprenta, 1440 hasta final de 1500, aunque en algunos lugares como Hispanoamérica esta fecha se retrasa, ya que la llegada de la imprenta fue posterior, hasta el siglo XVI. Estos libros tienen una tipología muy concreta, pues imitan a los códices que son los libros manuscritos inmediatamente anteriores a ellos: el texto aparece en columnas e incluso dejan espacio para grabar las orlas decorativas y las letras capitales que tenían sus predecesores. Si establecemos un paralelismo y pensamos que ocurre hoy día con el libro electrónico, resulta que la Historia se repite, ya que los dispositivos que tenemos en nuestras manos imitan al libro impreso con el que conviven. Habrá que dejar pasar el tiempo para que adopten personalidad propia y adquieran su propio formato, igual que hicieron los primeros libros impresos... y tener prácticamente claro que aunque nos guste el tacto del papel, la pantalla acabará sustituyéndolo. No sé si habréis tocado alguna vez un pergamino hecho en vitela (piel de animales no natos o recién nacidos), porque ciertamente tienen un tacto infinitamente más agradable que el del papel que, sin embargo, desbancó a este por ser bastante más fácil de producir y más barato. Previsiblemente, eso mismo ocurrirá con las pantallas y el papel.
Imagen de un scriptorium. Códice Vigiliano o Albeldense |
Un ejemplo de estampa popular: San Cristóbal de Buxheim, 1423 |
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